Un Torneo con los Buenos

He pasado los últimos días jugando multimesa en Party Poker y, excepto por un par de tropiezos, la cosa ha marchado muy bien. Algunos foristas están empezando también a jugar multimesa, algo que yo recomiendo a todos los que no les disguste mear en un urinal. A parte de eso, también sería sensato que antes de pasaros a jugar en varias mesas a la vez, os demostréis a vosotros mismos que ganáis jugando en una sola mesa. Y otra cosa, que tengáis claro qué manos vais a jugar y desde qué posiciones. Bueno, en realidad necesitáis tenerlo todo muy claro antes de pasaros a jugar en varias mesas a la vez…

Hoy quería hablar de un torneo que disputé el otro día en Poker Stars. En realidad, de dos torneos. Fui a ver en qué torneos podía inscribirme con los FPP que he acumulado y vi que por 60 FPP podía jugar en un satélite cuyos dos finalistas obtenían plazas para participar en un segundo torneo cuyos dos finalistas obtenían un pack de $16.000 que incluye plazas para jugar en el evento final del European Poker Tour, que se celebrará en Monte Carlo en marzo de 2005.

En el satélite participaron 87 jugadores y yo quedé primero, con lo que me clasifiqué para jugar en el torneo siguiente, en el que debía enfrentarme a otros 143 jugadores. Lo que me encantaba de participar en este torneo era que por primera vez iba a jugar con un grupo de jugadores de nivel, los ganadores de sus respectivos satélites. Por supuesto, ni me planteaba ganar el torneo. Yo ya estaba satisfecho con estar allí, jugando con los muchachos.

La verdad es que los muchachos no me defraudaron ni una pizca. El juego que se desarrolló fue de lo más parecido al World Poker Tour. Se veían pocos flops y la mayoría de veces era raise o fold, con muy pocos calls. Era: fold, fold, fold, fold, bet, fold, fold, fold. Y luego: fold, fold, fold, bet, fold, fold, raise, fold, fold, fold. Y la mayoría de manos en las que se iba al flop se disputaban entre dos jugadores, sobre todo a partir del cuarto nivel.

Tengo que decir que me desenvolví bien entre estos jugadores. Considero que hice un muy buen torneo. Cometí fallos, porque yo siempre cometo fallos, pero no fueron graves. En general mi juego fue sólido. Las ciegas subían cada 30 minutos y eso me permitió desarrollar el juego tight-aggressive que a mí me gusta. Además, durante todo el torneo dispuse de una cantidad de fichas por encima de la media, lo que me permitió jugar sin prisas. Hasta que llegó la mano fatídica…

Sólo quedamos 11 jugadores. Llevamos 5 horas jugando. Es la mano número 377. En mi mesa sólo somos 5 y a mí me reparten AA. Ya os podéis imaginar cómo termina la mano. Hago bet y el tío que está a mi izquierda va all-in. Vemos las cartas y él tiene 77. En el flop no sale el 7 y yo pienso, ya estoy más cerca de Mónaco. Y entonces, ¡bam!, un 7 en el turn.

Tras perder esa mano todavía me quedaban unos $6.000, pero yo sabía que ya estaba todo perdido. Zowie, sentada a mi lado, no pudo hacer nada por animarme. Al cabo de un poco entramos en la mesa final, pero ya sólo me quedaban $3.000 y duré un par de manos.

En la próxima entrada relataré un par de jugadas de este torneo en las que estuve especialmente acertado.