La semana pasada jugué muy pocas horas. No sé qué me pasaba, pero no tenía ganas de sentarme en las mesas. Debió de ser el viaje a Barcelona. Después de cuatro meses y pico de jugar a poker online todos los benditos días, el viaje rompió la rutina y me ha costado reintegrarme. De hecho, jugué sólo las horas indispensables para obtener la bonificación de Party Poker.
La modalidad que escogí para hacerlo fue Hold’em sin límite, y para ir más rápido jugué en mesas de máximo seis jugadores. Al jugar con pocos el riesgo es más alto, ya que se debe ir a más manos y por lo tanto se juegan manos de calidad inferior, con lo que tras el flop uno anda un tanto perdido y no tiene la confianza para apostar con fuerza. Pero el resultado fue bueno. Cobré los $100 de bonificación en 12 horas y gané otros $200 por mi cuenta.
Esta semana la voy a dedicar a jugar en tres mesas de diez al mismo tiempo. Hay gente que dice que no se puede jugar a sin límite en varias mesas porque en esta modalidad el estudio del adversario es fundamental. Pero yo creo que en los buy-ins tan bajos en que me estoy moviendo se puede practicar un poker elemental y aún así sacar un buen provecho. Veremos.