Comentarios sobre el Primer Día

El otro día acabé totalmente exhausto. Después de doce horas de jugar bajo fortísima presión, estaba tan cansado que cuando llegué al hotel me fui directo a la cama y me quedé frito al instante (en diez años de convivencia con mi mujer, ésta ha sido la primera vez que yo me he dormido antes que ella). El día siguiente lo pasamos descansado, dimos una vuelta por el boulevard, fuimos al museo de cera, comimos en el Hooters y poco más.

No llegué a contar cómo me las apañé para remontar desde las 6.400 fichas que me quedaban en el momento más bajo, hasta las 22.900 con que terminé la jornada, así que lo hago ahora.

Las ciegas estaban a 150/300 con un ante de 25. Es decir, me quedaban fichas para nueve rondas. En una mano, un jugador al que sólo le quedaban 1.800 en fichas fue all-in y yo fui all-in detrás de él con TT. El villano tenía 44 y le salió un 4 en el turn, pero a mí me salió un 10 en el river. Varios de la mesa me felicitaron por este river, comentando que ya me habían pasado bastantes cabronadas hasta el momento.

En otra mano, cinco jugadores hicieron call –cosa bastante inusual para la mesa– y yo encontré KK en la BB. Subí a 2.000 y todos se retiraron. Con eso gané otras 1.900 fichas. En otra mano, poco después, un jugador que subía muchas veces, subió a 600 y dos hicieron call. Esta vez yo estaba en la BB con AKs y fui all-in. Todos se retiraron. Con esto, yo ya tenía alrededor de 11500, lo que me daba una mayor libertad de movimientos y me permitía sosegarme un poco. Gané varias manos con apuestas pequeñas e incrementé mi stack hasta las 17.500 fichas, y luego jugué un par de manos que destacaron también por los grandes movimientos de fichas.

En la primera, un jugador subió a 1.100 desde UTG+1 y yo se lo vi como repartidor con 55. El flop vino T-4-3. El villano, al cual le quedaban 8.000 fichas, apostó 3.000. Por manos que le había visto jugar antes, yo estaba convencido de que se trataba de una continuation bet, así que le fui all-in y se retiró.

En la segunda, completé desde la SB con T9s. La BB pasó y el flop fue: 3-7-T. Pasé y la BB apostó 3000 (le quedaban sólo 2000 más). Yo tenía comprobado que cuando este jugador apostaba tanto en el flop significaba que tenía una mano débil y no quería que le hicieran call. En este caso podía tener JT o QT, pero lo más probable es que llevara una mano peor que la mía. Decidí ponerlo all-in. El villano se tiró un par de minutos pensando, pero al final debió de concluir que había invertido demasiado dinero en la mano como para echarse atrás ahora, y me vio con K7. No recibió ayuda en el turn ni en el river y salió eliminado.

Hacia el final del día, había acumulado casi 30.000 en fichas cuando me salió KK de nuevo. Subí y el jugador que me había dejado tocado de fichas me vio con A8. Acabé perdiendo 7.000 en esta mano cuando el villano me vio apuestas en el flop y el turn, y en el river pilló uno de los dos ases que le servían para superarme (el tercero me hubiera dado a mí color).

Al final estuve contento de seguir vivo y tener 22.900 en fichas. Fue una lástima quedar tocado en un momento en que estaba dominando la mesa y disfrutando de verdad, pero después de la remontada final los ánimos vuelven a estar arriba.

He indagado un poco sobre los jugadores con los que jugaré hoy. El pro Samuel Arzoin, que ya estaba en mi mesa el primer día, y que, dicho sea de paso, fue el jugador que pidió que se me pusiera el reloj, estará en mi ciega grande con 39.000 en fichas cuando yo sea el repartidor, lo que no es bueno, pero por lo menos es el único pro en mi mesa. El jugador a mi derecha tiene 48.000 y el que está tres a mi derecha tiene 50.100. En cambio, los stacks medios y pequeños los tengo en la otra punta. No es la composición ideal, pero sería peor estar rodeado por Negreanu y Raymer.