En el Casino Amsterdam con Maníacos

La semana pasada Zowie y yo nos fuimos a pasar unos días a Amsterdam. En parte, me supo mal hacer las maletas; me estaba yendo tan bien en Party Poker… Digamos que era el viaje adecuado en el momento inoportuno. Pero no podía cancelar el viaje: teníamos entradas para el concierto de Tom Waits, y hemos esperado añísimos para verle en directo.

En efecto, es tan equivocado interrumpir el juego durante una buena racha, como lo es continuar cuando se está hundido en una mala racha y se ha perdido el control. Desde que hemos vuelto de Amsterdam, no he vuelto a ganar. Y los síntomas son los mismos de cuando atravesaba la mala racha.

Caramba, ahora estoy pensado… si alguien llega por primera vez a esta web y empieza a leer mi diario por las últimas entradas… ¡va a pensar que soy un puto ludópata obsesionado con las rachas de suerte! Permitirme que os aclare que no es así. Normalmente no presto mucha atención a la suerte. Suelo ganar cuatro de cada cinco días. A veces esa media sube, otras baja. No hay problema, así es el poker. Pero últimamente no sé qué pasa que o bien pierdo poco durante muchas sesiones consecutivas, o gano mucho en unas pocas sesiones. Yo preferiría que los resultados fueran más estables, pero supongo que hay que aceptar esta fase como otra más en mi carrera de jugador de poker.

El viernes hicimos una visita al casino de Amsterdam y jugamos un rato al blackjack. En Amsterdam, como en casinos de otras partes, han puesto máquinas que mezclan las cartas automáticamente en cada mano, con lo que no se puede contar cartas, ni hacer shuffle tracking, ni nada. Así que tuvimos que conformarnos con jugar siguiendo la “estrategia básica”. Ganamos unos cuantos euros, pero ésa no es la cuestión; la cuestión es que no tiene sentido jugar así a blackjack, cediéndole un 0,56% de ventaja a la casa. Porque es que el blackjack ni siquiera es un juego divertido (o al menos para mí no lo es).

Después del blackjack dimos una vuelta por el casino y vimos que había una partida de Texas Hold’em con límite en marcha. Apuestas a 10€/20€. Pero decidí no jugar. Mi bankroll actualmente da para jugar en ese nivel, el problema es que no tenía la cabeza despejada. En Amsterdam cuesta mucho mantener la cabeza despejada, si sabéis a lo que me refiero.

Estuvimos observando la partida durante unas cuantas manos, y, os costará creerlo, pero el juego era tan pésimo como el que se practica en 888 Poker. En todas las manos seis o siete jugadores iban al flop y varios llegaban hasta el river. Un desastre. Nosotros estábamos colocados colocados detrás de una mujer que tenía pinta de señora rica, pero que jugaba como una maníaca. Era tan descuidada que en cada mano le veíamos las cartas (se las veíamos Zowie, yo y el tipo que estaba sentado a su lado). Iba a todas las manos, raise, re-raise, con pareja de 5s y cosas peores. Para mí fue un shock. Siempre me había preguntado qué pinta puede tener un maníaco y nunca me había imaginado que pudiera ir perfumado y vestido de Gucci.