Pero será mejor que escriba una entrada, o a este diario le importará un bledo el hecho de que haya regresado de vacaciones.
La cuestión es ésta: nada más volver a la actividad, me metí a jugar torneos. Y lo hice de forma no premeditada, así, como quien no quiere la cosa. Simplemente, me dio por ahí. Me inscribí en un torneo, y luego en otro, y luego en otro… Desde luego, si me hubiera parado a pensarlo no hubiera descendido por esta espiral desenfrenada. ¡Maldita sea!, ¿¡creéis que estoy loco!? ¡Decidlo! Con lo cómodo que es ganarse el pan jugando partidas de dinero, Dios mío. Síii, vaaale, uno también se lleva sobresaltos en las mesas de dinero, uno también palma varios días seguidos, pero los torneos… ¡los torneos son irracionales! La varianza es tremenda. ¿Cómo puede uno depender de los torneos para su sustento diario?
Es que además, queridos lectores, yo soy muy cabezota, y cuando me meto en algo a veces me encabrono y no tengo freno. Y eso es lo que me dio miedo, meterme a jugar torneos, pillar una mala racha de la hostia y lentamente perder todo mi bankroll. Porque claro, el buy-in medio en los torneos que juego es de unos 150$, y jugando ocho torneos al día, la pasta, si no hay suerte, se evapora a un ritmo vertiginoso.
Ganarse la vida jugando torneos online es factible, eso lo sabemos todos. Si consultamos los rankings de jugadores online vemos que los jugadores más destacados consiguen ROIs del 90%-120% después de 3.000 torneos. Pero luego también hay jugadores ganadores que pasan 1.000 torneos con un mísero ROI del 10%, lo que es insuficiente para sobrevivir. Y hay jugadores que tienen un ROI del 120% después de 600 torneos, pero a los que si les restas el segundo puesto que consiguieron en un Sunday, se quedan en números rojos. Es decir, si en partidas de dinero se llega al largo plazo en 100.000 manos, que se pueden jugar en un par de meses, para llegar al largo plazo en torneos se necesita jugar 3.000 de ellos, cosa que alguien como yo puede tardar un año y medio en completar.
La solución que he encontrado es repartir mi tiempo al 50% entre las partidas de dinero y los torneos. Sé que lo sensato sería olvidar por completo los torneos, pero hacía tiempo que tenía ganas de jugarlos y la verdad es que estoy disfrutando a lo grande. En la próxima entrada os contaré los resultados que he obtenido hasta el momento.