Nota: Ésta es la historia de un policía que quiso asegurarse de que no le robaban.
Ayer, entre otras cosas, jugué en un mini-torneo de 20 participantes en Pacific Poker. Cuando ya sólo quedábamos dos jugadores se produjo la curiosa jugada que voy a comentar.
Yo tengo $9.500 en fichas y mi oponente, un jugador bastante pasivo, dispone de $6.500. Las ciegas cuestan $200 y $400. En esta mano estoy en la ciega pequeña con K-9 y hago call. A continuación sale un flop que es muy de mi agrado: K-K-K. Y yo reflexiono, «hummm, parece que esta vez no voy a tener que marcarme un farol para llevarme el bote».
La lástima es que con un flop así no me va a ser posible ganar mucho. A menos, claro, que mi oponente decida intentar un farol.
Pero no, mi oponente opta por la vía prudente y hace check. Yo también hago check, a ver si por lo menos liga full en la próxima carta y le consigo sacar algo.
En la cuarta carta sale un 9. Ya es mala suerte porque al tener yo un 9 las probabilidades de que él tenga otro disminuyen bastante. Como ya esperaba, mi oponente vuelve a hacer check. Yo vuelvo a hacer check (hay que darle otra oportunidad). Sale la quinta carta y, ¡Dios!, es… ¡otro 9! Qué difícil era que algo así ocurriera.
Las buenas noticias son que ahora mi oponente tiene full, y, como sabemos, a nadie le gusta retirarse de una mano con full.
Vuelve a hacer check. Así que ya sólo me queda hacer una apuesta y esperar que me vaya. Confío en que lo hará, ya que en esta situación parecerá que quiero robar el bote. Veamos, por un lado si voy all-in seguramente se retirará, y por otro no me conformo con ganar sólo $400, así que escojo un intermedio y apuesto $2.600.
Mi oponente no se lo piensa ni un segundo: call. Los $6.000 que hay en la mesa son míos.
En mi opinión, sólo un jugador débil hace call en tales circunstancias. En el mejor de los casos, mi oponente iba a recuperar su ciega. En el peor, iba a perder una cantidad importante de fichas y quedar en una posición de desventaja total para pelear por la victoria en el torneo. Retirándose de la mano sólo hubiera perdido la apuesta ciega y habría continuado en la partida con $6.100. La conclusión a la que llego es que su decisión estuvo motivada por el ego.
Y lo que yo me pregunto ahora es: ¿hubiera visto mi apuesta si lo hubiera apostado todo?