Tu Entrada a las WSOP la Pagas Tú

Ayer estuve charlado con un amigo sobre mi inminente participación en las WSOP: cómo me estoy preparando para el evento, cuál va a ser mi estrategia de salida, cómo voy a reaccionar si Mike Matusow se mete conmigo y me dice que no sé deletrear la palabra poker…

También hablamos de mis posibilidades de entrar en los premios, y mi amigo comentó que si salía eliminado a las primeras de cambio al menos podía consolarme con el hecho de que la entrada me ha salido sólo por los $160 del satélite que gané. Referido a la clasificación a través de satélites, ése es un pensamiento que también he leído por los foros de Internet, e incluso en alguna revista especializada. Y es un pensamiento totalmente erróneo.

Si juegas en las WSOP, la entrada te la pagas tú.

Un satélite es un torneo que en vez de un premio en metálico, le entrega al ganador una entrada para un torneo. Los jugadores que se inscriben en el satélite, aceptan el trato: en vez de dinero, si ganan se llevarán una entrada. Es decir, prefieren la entrada al dinero, lo que equivale a entregar el dinero a cambio de la entrada. Supongo que lo que confunde aquí a la gente, es que el dinero no pasa nunca por las manos del jugador que gana el satélite, sino que recibe la entrada directamente. Pero esa entrada se ha pagado con su dinero.

Así pues, los que participamos en el evento principal de las World Series of Poker, hemos pagado los $10.000 que vale la entrada (excepto, claro, aquellos que hayan conseguido la entrada a través de un freeroll). A algunos de los que van a jugar, la idea puede resultarles incómoda, entregar $10.000 para jugar un torneo…, pero eso es justamente lo que han hecho. Es lógico que les incomode. Para jugar ese torneo dentro de su bankroll, deberían disponer de al menos un millón y medio de dólares. Si su bankroll en cambio es de, por ejemplo, $100.000, están cometiendo la barbaridad de arriesgar un 10% del capital en un solo torneo.

¿Cómo me siento yo después de haber pagado $10.000 para jugar un torneo? Eeeeeh… no, bueno, yo me clasifiqué a través de un satélite, amigos…