Quizá sea hora de contar cómo me han ido las cosas durante los dos últimos meses.
Febrero lo dediqué por entero a jugar a Hold’em sin límite. Y me fue muy bien. Los resultados fueron tan buenos que me sentí con optimismo para subir de nivel. En NL $100 noté que los jugadores eran mejores y que tenía que ser más cuco (qué pasa si me gusta esta palabra…) y utilizar un repertorio de trucos más amplio si quería mantener mi ratio de ganancias. Así que practiqué un juego más loose e imprevisible, y debo decir que obtuve espléndidos resultados.
Luego, a principios de marzo, en Party Poker cambiaron la estructura de las blinds (dividieron las blinds por dos y la compra máxima pasó a ser de 100 big blinds). El cambio en principio me pareció positivo, ya que a un buen jugador le beneficia jugar con stacks grandes, pero probé un par de días y creí notar que los jugadores habían pasado a jugar de forma más selectiva y las partidas se habían vuelto más serenas. Tal vez fuese una falsa impresión. El caso es que me aburrí jugando y pensé que era un buen momento para retomar mi antiguo plan de jugar fixed limit en mesas de máximo 6 jugadores.
Como soy muy juicioso y sensato, no quise entrar directamente en las mesas de $5/$10 de Party Poker, así que me trasladé a Poker Stars y me dediqué unos días a jugar en las mesas rápidas de $2/$4 y $3/$6. Gané al alegre ritmo de 2.9 bb/100 (apuestas grandes por cada cien manos), pero el cuarto día que pasé allí fue horrible y perdí casi todo lo ganado. Eso me empujó a abrir una cuenta en InterPoker. Había oído decir que el juego en las mesas de 6 jugadores es pésimo en InterPoker, cosa que en seguida pude corroborar (pésimo de verdad, señores). Jugué en las mesas de $3/$6 y £2/£4, y gané los $90 de apertura de cuenta y $2100 más en menos de dos semanas. Finalmente, decidí volver a Party Poker y abordar de una vez por todas las mesas de $5/$10. Y a día de hoy, voy ganando a un ritmo de 4.8 bb/100 después de 5000 manos jugadas. Desde luego, es un ritmo insostenible, pero ahora mismo lo estoy pasando en grande.